miércoles, 21 de marzo de 2012

"JUÁREZ VIVE"

JUÁREZ VIVE
21 de marzo 2010
Saltillo, Coahuila de Zaragoza

“La ley… es mi espada y mi escudo”, lo dijo en algún discurso o lo dejó escrito en algún papel. Él era un hombre recto y coherente; llegó a ser y sigue siendo el icono de las instituciones, de la legalidad y del Estado de Derecho en México, es referencia en toda América Latina y el mundo.

Vio la luz el 21 de marzo de 1806, en San Pablo Guelatao, el sol se reflejó en el rostro bronceado de un indio zapoteco, destinado a la pobreza y a vivir en la ignorancia, en la marginación. Huérfano a los 3 años, queda bajo el cuidado de sus abuelos paternos, desde pequeño se dedicó al pastoreo, tuvo como primer maestro a la naturaleza y tras la muerte de sus abuelos quedó a cargo del tío Bernardino, quien sabía castellano y le dio sus primeras lecciones del idioma español.

El miedo a un regaño lo hizo huir de casa, una oveja perdida lo obligó a salir en la búsqueda de nuevos horizontes rumbo a la capital de su estado, Oaxaca. Ahí vivía su hermana María Josefa a la que acudió en busca de refugio.

Inició sus estudios en el Seminario de Santa Cruz, único lugar al que se podía asistir si se quería aprender, vio que su vocación no era sacerdotal y cuando abrió sus puertas el Instituto de Ciencias y Artes, estudió la carrera de Derecho, donde iniciaron sus ideas liberales.

En 1831 fue regidor de Oaxaca y en el 33 diputado local, después vivió un tiempo de su profesión y contrario a lo que dicen sus detractores siempre se sintió orgulloso de su origen, defendió las causas indígenas contra la opresión de los latifundistas, por lo cual estuvo dos veces preso. En 1846 fue electo diputado federal y al siguiente año Gobernador de su natal entidad.

Como jefe del Ejecutivo de Oaxaca, procuró el equilibrio económico y ejecutó obras públicas: caminos, reconstrucción del Palacio de Gobierno, fundación de escuelas Normales; levantamiento de una carta geográfica y del plano de la ciudad de Oaxaca; reorganizó la Guardia Nacional y dejó excedentes en el tesoro, duró en el cargo hasta 1852.

Un año mas tarde con el regreso de Santana al poder se ve obligado a exiliarse en Nuevo Orleans, donde para vivir se dedicaba a la manufactura de puros, allá junto a grandes hombres como Melchor Ocampo, idearon y planearon el México que soñaban. Su regreso se debió a la proclama del Plan de Ayutla, al cual se adhirió inmediatamente.

Al triunfo de esa Revolución, Don Juan Álvarez ya en la Presidencia, nombró a Juárez Ministro de Justicia e Instrucción Pública (1855). Desde este ministerio, expidió La Ley sobre Administración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios (Ley Juárez), con la que fueron abolidos los fueros, privilegios que tenían los militares y el clero por encima de otras personas. Fue nombrado por segunda ocasión gobernador de Oaxaca, convocó a elecciones; como resultado de ellas, fue reelecto.

Benito Juárez, promulgó en su estado la Constitución de 1857. Se le nombró ministro de Gobernación ese mismo año y posteriormente fue elegido presidente de la Suprema Corte de Justicia, durante el gobierno del presidente Comonfort. Al desconocer Comonfort la Constitución de 1857, y dar un autogolpe de Estado, tomó como prisionero a Juárez. Esta serie de actos desencadenaron la Guerra de Reforma. Comonfort, al ver el error cometido deja en libertad a Don Benito y renuncia a la Presidencia por lo que por ministerio de ley es nombrado Presidente de la República.

Entre 1855 y 1860 se proclaman las leyes de Reforma, siendo estas:

• Ley Sobre Administración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios, llamada Ley Juárez, el 23 de noviembre de 1855.

• Ley de Desamortización de Fincas Rústicas y Urbanas propiedad de corporaciones civiles y eclesiásticas, llamada Ley Lerdo, el 25 de junio de 1856.
• En ese inter, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el 5 de febrero de 1857.

• La Ley sobre Obvenciones Parroquiales, llamada Ley Iglesias, el 11 de abril de 1857.

• La Ley Sobre Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos del Clero Secular y Regular, el 12 de julio de 1859.

• La Ley del 28 de julio de 1859, que estableció el Registro Civil, y la del 31 de julio del mismo año, sobre la Reglamentación de los Cementerios.

Tres años duró la Guerra de Reforma, tres años en los cuales la Presidencia de la Nación tuvo como sede un carruaje, un peregrinar por todo el país, para salvaguardar no solo la vida, sino la República. Los ejércitos liberales vencen a las huestes conservadoras, pero la derrota de la reacción no fue definitiva, ellos salieron del país en busca de apoyo extranjero para instaurar su régimen opresor en México.

Tres potencias escucharon el llamado de la conserva, España, Inglaterra y la Francia Imperial aprovecharon una mora de pago a la deuda externa proclamada por el Presidente Juárez, para hacerle la guerra a México, tras negociaciones los ingleses y españoles se retiran, más no así los franceses con el claro objetivo de conquistar a México.

Napoleón III nombra como emperador de México al austriaco Maximiliano en 1863; su llegada hace que el carruaje vuelva a ser el depositario de la República y la libertad de los mexicanos. Hombres valientes dieron pelea contra el imperio invasor, como Ignacio Zaragoza y Santos Degollado, entre otros.

Maximiliano ofreció a Don Benito una posición distinguida dentro del Imperio, lo que de manera patriótica rechazó con carácter terminante, para él siempre fueron primero los principios liberales, la República y la Independencia Nacional. “Los hombres no son nada, los principios lo son todo”, mencionó en alguna ocasión.

El sitio de Querétaro duró 70 días, ahí el General Escobedo venció definitivamente al ejercito conservador, el Emperador se rinde y se entrega a las fuerzas Republicanas. Se le juzgó y fue fusilado en el Cerro de las Campanas aquel 19 de junio del 67. Así se reinstauró la República, con la entrada triunfal de Juárez a la Ciudad de México el 15 de julio del mismo año.

Benito Juárez, el hombre, dijo en un célebre discurso: "Mexicanos: encaminemos ahora todos nuestros esfuerzos a obtener y a consolidar los beneficios de la paz. Bajo sus auspicios, será eficaz la protección de las leyes y de las autoridades para los derechos de todos los habitantes de la República. Que el pueblo y el gobierno respeten los derechos de todos. Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz".

"Confiemos en que todos los mexicanos, aleccionados por la prolongada y dolorosa experiencia de las comunidades de la guerra, cooperaremos en el bienestar y la prosperidad de la nación que sólo pueden conseguirse con un inviolable respeto a las leyes, y con la obediencia a las autoridades elegidas por el pueblo".

Su lucha le valió ser reconocido como el “Benemérito de las Américas”.

En octubre de 1867 fue reelecto Presidente; se dedicó a organizar la situación económica del país, redujo el ejército, organizó una reforma educativa, ordenó sofocar los alzamientos militares y enfrentó la división de los liberales. Se mostró respetuoso ante la organización de los obreros y artesanos, siempre y ante todo con la ley en la mano, “La ley es mi espada y mi escudo”

En 1871 fue reelecto por última vez como presidente.

Lo que lo que los cañones de la ambición francesa, las dagas conservadoras y de las balas de la traición no pudieron, lo logró su propio corazón, murió el 18 de julio de 1872, en el ejercicio de sus funciones.

Su legado es grande, un Estado laico, libertad de credo, Estado de Derecho, igualdad entre todos, murieron los fueros, sus detractores sucumbirán en el intento por borrar de la memoria nacional esta parte fundamental de nuestra historia, podrán difamarlo e injuriarlo, él actuó conforme le dictó su conciencia y su corazón y eso lo hace inmune a la calumnia, porque en nuestras mentes está su patriotismo y lucharemos por no dejarlo en el olvido, Juárez vive, no solo en el bronce y mármol de las plazas públicas, él ha superado el fallo tremendo de la historia. “VIVA JUÁREZ”, VIVA LA REPÚBLICA”

F.Abraham Tobias Hdz
@AbrahamTobias
fabrath@gmail.com

martes, 6 de marzo de 2012

VERBO PINOCHETEAR

YO PINOCHETEO, es decir realizo golpes de estado.

TU PINOCHETEAS, es decir si te critico, me mandas asesinar.

EL PINOCHETEA, es decir el impone una dictadura.

NOSOTROS PINOCHETEAMOS, es decir apoyamos las dictaduras militares.

USTEDES PINOCHETEAN, es decir oprimen al pueblo.

ELLOS PINOCHETEAN, es decir usan el poder del estado para mantenerse en el poder.