¿LIBRES?
F. Abraham Tobias Hernández
Saltillo, Coahuila de Zaragoza a,
mayo del 2012
“La libertad es el lujo que no todos pueden
permitirse”
Otto von Bismarck
Todos sabemos de ella, unos la
usamos, a otros se les ha limitado, hay muchos más que no la tienen. La
facultad humana de hacer o no hacer según su conciencia, lo que conlleva una
responsabilidad por los actos realizados u omitidos: LA LIBERTAD.
Supuestamente somos libres de
hacer lo que se nos venga en gana siempre y cuando no esté prohibido o
afectemos a un tercero, y digo “supuestamente”, porque a veces no hay opción
para unos, hay personas obligadas a hacer y otras obligadas a omitir.
No hablemos del mundo, porque hay
lugares donde la libertad es exclusiva de un sexo, una casta, una clase
económica o creencia religiosa, la ley suprema de este país nos reconoce
libertades, por ejemplo la libertad
religiosa, libertad de expresión, libertad de oficio, entre otras plasmadas en
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
¿En realidad somos libres? Si
partimos del supuesto que hay días que no puedes salir de tu casa por miedo a
una balacera, granada, explosivo o cualquier otro artefacto bélico hechos por
el hombre para matar hombres, no, no somos libres.
¿Hay libertad de expresión o de
prensa? Cuando los medios los usan sólo para sus intereses, dicen lo que les
conviene, hablan bien de quien les paga y hablan mal por encomienda, si a eso
le sumamos que el periodista está en franco peligro ante los problemas del
narcotráfico, su vida está en juego cada que se atreve a escribir o investigar
algo. Los medios son esclavos del dinero y los periodistas rehenes de la
delincuencia.
Aquel mexicano que decide ponerse
a dieta y dejar de comer ya sea por salud o vanidad, es libre de elegir hacerlo
o no, pero aquel mexicano que no tiene otra opción que dejar de comer porque no
tiene dinero, no goza de la misma libertad, él no elije comer o no comer, no
come por pobre, no sacia esa necesidad, no mata el hambre y ésta duele.
Si dicen que tenemos la libertad
de votar por quien nos parezca la mejor opción y vemos cómo al final de cuentas
impone al dirigente o, caso concreto, al presidente, un grupo de millonarios --remember
2006--, entonces es una libertad que no vale; es decir, no somos libres para
elegir a nuestros gobernantes.
Un niño o joven que deja la
escuela para ir a trabajar porque el dinero no alcanza en su casa tampoco es
libre de elegir estudiar o no estudiar, la necesidad lo obliga a buscar el
sustento, arriesgándose a ser explotado, entre otras aberraciones humanas, no, no es libre.
Las libertades reconocidas en la
Constitución son sólo un poema, letra en papel, mientras haya algún mexicano
sin el derecho de discernir entre comer o no comer; vestir o no vestir tal o
cual ropa; usar o no usar zapatos; salir o no salir de casa; estudiar en una
escuela o en otra; votar y que tu voto sea válido, -al parecer Bismarck tenía
razón- no podemos hablar de un país con mexicanos libres.
Twitter:
@AbrahamTobias