sábado, 4 de mayo de 2013

5 DE MAYO



5 DE MAYO


F. Abraham Tobias Hernández
Salillo, Coahuila de Zaragoza, 
mayo, 2013



Polvo por todos lados, los jefes se ven inquietos, la tropa nerviosa, otros con el miedo reflejado en su rostro. Hay quienes mojan los pantalones, como si percibieran que la muerte rondaba. Algunos mal vestidos, otros apenas con uniforme. No todos somos soldados; hay de todo: artesanos, campesinos, al  frente los indios zacapoaxtlas al pie de guerra. Movimiento por todos lados, no hay alguien descansando, preparativos para el enfrentamiento; el primero contra un ejército  mejor vestido, mejor organizado y mejor comido.  Caray, Tengo hambre.

Desde antes de las cinco de la mañana empezó el movimiento. Nos traen de arriba para abajo, de un lado al otro.

Veo como los jefes, discuten, en momentos gritan, como que no se ponen de acuerdo. Dudan de la experiencia del más joven, la verdad creo que por algo don Benito lo puso ahí, pero los otros dudan y lo hacen dudar.

Algunos cargan cajas, otros cañones, otros reparten fusiles, muchos desenfundan sus machetes, unos oxidados otros brillantes como la plata; claro, las piedras en morrales no pueden faltar, es momento de defender a la Patria, dicen algunos. Pero creo que muchos lo hacen por su vida, al fin aquí estamos ya, ni modo de rajarnos.

Dicen que un emperador viene a quitarnos la tierra, dicen que si no luchamos perderemos nuestra libertad. Oí decir a uno: somos hombres libres, sin tener para tragar, ¿pa´ que queremos la libertad? Otro le contestó: sin tragar, pero libres.

Otros quesque mas educados hablan de fueros a curas y militares, de tierras sin trabajar y de dinero del pueblo; diezmos, maltratos y beneficios solo a quien paga y cree en Dios. Aunque seguro estoy que la creencia en Dios no les importa, aman el dinero y con eso el segundo requisito sale sobrando.

Hombres nerviosos; se ven a lo lejos filas de hombres dispuestos a asesinar a cualquier mexicano que se interponga en su camino; pantalones rojos y camisa azul, ordenados, formaditos. Uta, son de a madre. Acá no seremos muchos, pero si muy machos.

De repente se escucha el clarín; nos llaman a filas, el desorden impera, veo tropas acercarse y empezamos a alinearnos, sé lo que viene, y la muerte viene con Francia.

El sol implacable,  ya son como las 10 de la mañana y sus rayos queman nuestra piel; sudo y me arde la frente, a pesar de no ser blanca.  El astro rey hace de las suyas, brilla fuerte y sin piedad, el sudor negro, mezclado con tierra del cerro de Loreto.

Ya estamos formados, el general empieza a dar órdenes, es un chamaco, ni a 35 años ha de llegar este muchachito. Espero no nos lleve a morir nomás así por ensalzarse. Pero ya estamos aquí, ni modo de rajarse.

De repente ese joven capta nuestra atención:

“Soldados: Os habéis portado como héroes combatiendo por la Reforma, vuestro esfuerzos han sido coronados siempre con éxito, y no una sino varias veces, habéis hecho inclinar la cabeza a vuestros adversarios.

Soldados: hoy vais a pelear por el objeto sagrado, vais a pelear por la Patria; yo prometo que en la presente jornada le conquistaréis un día de gloria.

Nuestros enemigos son los primeros soldados del mundo, pero vosotros sois los primeros hijos de México. Soldados: leo en vuestras frente la victoria”


Caballos parten a los cerros de Loreto y Guadalupe, de repente el primer cañonazo cimbra a nuestros corazones; la muerte o la libertad nos espera.

5 de mayo de 1862


Twitter: @AbrahamTobias